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Compatibilizar roles de madre y profesional sigue siendo un desafío para las mujeres chilenas

Según la encuesta CASEN 2013, la tasa de participación laboral de la mujer en Chile desde 1990 ha crecido, pero sigue siendo baja en relación con los hombres. Así lo señaló Ana Beatriz Montealegre, vicerrectora de Recursos Humanos de Inacap durante la conferencia “Liderazgo femenino: claves para mejorar la productividad de las empresas”, llevada a cabo en Valparaíso.

Montealegre considera que una de las principales causas de la poca participación laboral de las mujeres es justamente que en Chile aún sigue siendo un desafío compatibilizar el rol de madre y de profesional. Es por eso que la experta cree necesario avanzar hacia la diversidad de género en las empresas, pues el talento no tiene género.

“Una mujer no tiene que dejar de ser femenina por tratar de ser líder. No es necesario que las mujeres se tengan que masculinizar, sino que el aporte está justamente en esa mirada distinta que ellas aportan, en esa mirada femenina”, indica Montealegre.

La experta asegura que no se trata de generar una rivalidad entre mujeres y hombres, sino en de darse cuenta que las mujeres, en general, aportan a las organizaciones competencias que derivan en el alcance de las metas planteadas.

El aporte positivo del sexo femenino

La vicerrectora de Recursos Humanos de Inacap asegura que diversos estudios muestran que las mujeres tienen menos ambición de poder por poder y que, en cambio, tienen intereses en generar ambientes colaborativos y redes con los demás.

Por otro lado, Montealegre señala que las mujeres son más capaces de dilucidar riesgos en las organizaciones, por lo que suelen ser más precavidas y piensan a gran escala de forma estratégica, abordando todos los aspectos relevantes dentro de la empresa.

¿Qué hacer al respecto?

Para Ana Beatriz Montealegre lo primero es transparentar que la diversidad de género es un tema relevante en la organizaciones, porque una vez que es tema hay que hacerse cargo de él.

Lo segundo es contar con una política flexible que permita generar espacios inclusivos en los que la maternidad pueda ser compatible con el desarrollo de una carrera profesional.

Lo tercero es contar con una política de compensaciones que asegure la equidad de sueldos entre hombres y mujeres. Muchos estudios muestran que sigue existiendo una brecha entre pares que, a mayores cargos y nivel profesional, es más amplia.

Finalmente, Montero cree que cada mujer dentro de la empresa debe tener claridad en lo que quiere, atreverse a pedir y negociar.

“Si nos sentamos a esperar que el cambio llegue van a pasar varios años. Hay que ser parte del cambio. Sé clara y pide lo que quieres”, puntualiza Ana Beatriz Montealegre, vicerrectora de Recursos Humanos de Inacap.

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