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Empresas destinan el 22% de su metraje a áreas comunes y espacios de encuentro

A mediados del próximo año, Copec se cambiará de oficinas. Las nuevas instalaciones contemplan 10 pisos para albergar a más de 800 empleados, donde un piso y medio estará destinado a una gran cafetería.

“Buscamos la colaboración, el contacto y que la gente se conozca. Acá van a poder juntarse a comer, pero también podrán trabajar. Es un lugar de encuentro”, señala el gerente de RR.HH., Jorge Garcés.

Según Jaime Sarrà, gerente general de NAI Sarrà, si en la década de los 90 las áreas comunes correspondían, en promedio, al 13% del total de metros cuadrados habilitados en las oficinas en Chile, hoy esa cifra llega al 22%.

En Mercado Libre, por ejemplo, cuentan con 2.129 m {+2}, entre los cuales incluyen ambientes con sillones, otros con dos sillas, mesa y teléfono, y también mesas altas con sillas ergonómicas.

“No se reservan, pero sirven para hacer reuniones de equipo exprés”, explica la gerenta de RR.HH., Javiera Ríos.

También en sus oficinas disponen de dos terrazas, una con sector de juegos, junto con plazas internas con bancos y plantas que simulan a las reales.

Espacios de relajo y colaboración

Sarrà cuenta que en estas áreas multifuncionales es común encontrar cajoneros con cojines, para la mayor comodidad de quienes se instalan ahí.

Por su parte, Ignacio Hernández, vicepresidente de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), señala que “los espacios modernos tienden a parecer más de relajo. Se generan estas áreas colaborativas que son muy polivalentes”.

A su juicio, este nuevo diseño es posible gracias a los cambios tecnológicos que permiten mayor movilidad del lugar de trabajo, así como la nueva forma de entender la producción.

“Las tareas repetitivas las hacen los robots, ahora la gente se enfoca en lo creativo, lo que se produce naturalmente en la interacción con otros. Las oficinas deben propiciar eso”, asegura.

Atraer y retener el talento

Para Carolina Pérez, gerenta general de Contract WorkplacesChile, en los últimos años ha habido un cambio de visión a la hora de concebir los recintos laborales.

“El trabajo ya no se entiende solo como una forma de generar dinero, sino que además debe ser una fuente de satisfacción personal. En ese sentido, las firmas están empezando a tener cuidado en qué es lo que pasa con sus colaboradores en el ambiente que ocupan y cómo pueden aportar en su felicidad, pues ello va directamente relacionado con la productividad”, afirma.

El contar con instalaciones modernas también es una forma de atraer y retener talento, indica Pérez.

“Un cliente me decía que la edad promedio de su plantilla era de 40 años, y que no podía bajarla en parte por sus dependencias poco actualizadas. Ya no lo ven como un tema deseable, sino como algo clave incluso para sobrevivir, ya que la competitividad se sustenta en los equipos”, agrega Pérez, cuya firma habilita cerca de 40 oficinas al año y asesora a otras 40.

Plantas abiertas mejoran comunicación

Un sello característico de las nuevas distribuciones son las plantas abiertas. Rodrigo Pérez, psicólogo organizacional y socio de EBConsulting, asegura que con ellas, la interacción se vuelve más informal.

“Si no hay un espacio comunicado tienden a privilegiarse más los canales formales de comunicación como el e-mail o el memorándum. A la gente le gusta trabajar sin paneles, porque se facilita un contacto espontáneo”, indica.

Hernández estima que esta disposición es posible porque ha cambiado la forma de entender la autoridad.

“Las jerarquías están obsoletas, antes el jefe estaba en un privado enorme y solo, con gran escritorio de caoba. Hoy han caído esas barreras físicas”,

Justamente, este punto significa un golpe cultural para muchos, advierte Rodrigo Pérez. “Sienten que pierden símbolos de estatus. El diseño puede mejorar la productividad, pero también hay una pérdida para esas personas”, dice.

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