Cultura Organizacional, ¿un eslabón perdido?
Por Marco Muñoz, Managing Partner Aktion Advisors
Estrategia y cultura son dos de las principales palancas que tiene un líder para impulsar de manera efectiva la tarea continua de asegurar la viabilidad y efectividad de la organización en pos de los objetivos de crecimiento y desarrollo del negocio.
De ambas se habla bastante en el business community chileno, lo que contrasta con la realidad de la ejecución. De hecho, es posible observar que se dedica tiempo y energía a definir las estrategias de negocios las que, por lo general, están razonablemente bien enfocadas y elaboradas.
No obstante, existe una realidad diametralmente opuesta en lo relativo a cultura organizacional, de la cual mucho se habla -más bien a nivel de titulares y slogans– pero poco se hace para diseñarla y gestionarla de manera efectiva. En efecto, muchas iniciativas o negocios fallidos tienen una buena definición estratégica y están bien financiados pero las ejecuciones malogradas tienen su origen en la ausencia o poca gestión de la transformación cultural.
Importante es entender que en una organización coexisten múltiples subculturas y que, por ende, la cultura organizacional no significa uniformidad sino, por el contrario, integración de diversidad.
Sin embargo, muchas empresas asocian disciplina y efectividad organizacional, con homogeneidad cultural y caen en la tentación de elaborar definiciones que terminan por acotar, uniformar y limitar el actuar de sus empleados. Al abordar el tema de la cultura sin la profundidad necesaria, suele pasarse por alto que toda instancia u organización que reúne a personas con un objetivo en común es esencialmente un entramado de relaciones dinámico, donde cada ser es una visión y una percepción única que aporta desde su individualidad a la acción.
Por otra parte, la gestión de la cultura requiere líderes que estén conscientes de las múltiples culturas en las que están insertos; que sean capaces de percibir cuándo se requiere un cambio y que puedan influir de manera hábil en esta transformación. Esto es mas crítico si se considera que hoy las empresas se mueven en entornos cada vez más dinámicos y las personas a su vez aspiran a tener mayor injerencia y capacidad de decisión en la ejecución de su rol, a todo nivel.
Para que una empresa sea exitosa es fundamental que la cultura sea adaptativa y que esté alineada con la estrategia. Aquí es clave el rol de los líderes ya que cultura y liderazgo están inextricablemente unidas.
Por ende, quienes lideran las compañías deben ser capaces de generar una cultura de self management y accountability, donde cada colaborador pueda auto gestionar alineado a los objetivos estratégicos y con un claro entendimiento del impacto de su gestión. Es fundamental que los líderes sean capaces de transmitir a los colaboradores un propósito o sentido trascendente.
En un mundo dinámico y que se transforma a cada segundo es necesario, entonces, desde un punto de vista cultural y a través de nuevos estilos de liderazgo, repensar las organizaciones.