Más de 200 mil niños laboran en Chile: Gobierno lanza programa que busca erradicar el trabajo infantil

En el día mundial contra el trabajo infantil, las autoridades del Ministerio del Trabajo lanzaron el proyecto «Empleabilidad de familias de niños trabajadores» que busca combatir esta dura realidad entregando herramientas para que los adultos, cuyos hijos menores de edad trabajan, puedan conseguir empleo.

A pesar de que Chile tiene una de las tasas de trabajo infantil más bajas a nivel mundial, correspondiente al 6,6% y lo que equivale a que más de 200 mil niños, niñas y adolescentes trabajan actualmente en nuestro país, el ministro del Trabajo y Previsión Social, Nicolás Monckeberg, aprovechó la ocasión para pedir perdón.

«Quiero partir pidiendo perdón como sociedad a los más de 200 mil niños, niñas y adolescentes a los que no hemos sido capaces de apartar del mundo del trabajo, negándoles su derecho humano a tener una niñez y adolescencia tranquila. Casi un 60% de ellos pertenecen a los dos quintiles más pobres de nuestro país», aseguró.

Y agregó que «aunque Chile es uno de los países con menor tasa de trabajadores infantiles a nivel mundial -6,6%-, mientras haya un solo niño y niña en esa condición, no podemos bajar los brazos».

Objetivos del programa y resultados del plan piloto

En la ceremonia se dio a conocer que el objetivo del proyecto es capacitar en diversos oficios a 70 familias de niños, niñas y adolescentes trabajadores o en riesgo de trabajar, para optar a un puesto de trabajo y así evitar que los niños deban laborar.

Además, las autoridades presentes afirmaron que en 2017 se ejecutó un plan piloto que tuvo buenos resultados. Según informaron las autoridades, de los 60 adultos intervenidos, 47 fueron certificados y 15 de ellos obtuvieron contratos de trabajo.

Asimismo, el programa piloto contaba con 51 niños, niñas y/o adolescentes trabajadores y 18 en riesgo de trabajar. «De estos niños, 36 dejaron de trabajar y los que estaban en riesgo, finalmente nunca lo hicieron», señaló el ministro Monckeberg.

En la ocasión participaron también adultos que durante su infancia debieron trabajar. «Empecé a cartonear a los 8 años con un carretón. El frío y el hambre fue algo tremendo, que no se lo doy a nadie. Esta oportunidad que le están dando a los beneficiarios tienen que aprovecharla, yo no tenía a nadie en la familia que me ayudara. Gracias a Dios y al programa de reciclaje que aprendí, empecé a trabajar y eduqué a mis hijos, y hoy estoy pagando la universidad de dos de mis hijas», explicó Paulina Martínez, recicladora de base de la comuna de Peñalolén.