¿Por qué formar mentores en la empresa?
Por Isaías Sharon, director ejecutivo Smart Coach.
Las organizaciones son cada vez espacios de mayor exigencia, donde el desempeño se vuelve la pieza clave al momento de querer lograr las metas corporativas.
Sin embargo, por mucho que nos esforcemos o que se realicen inversiones en infraestructura y tecnología, siguen siendo las personas el motor de cualquier espacio de trabajo, lo que pone en el centro la necesidad de contar con personas preparadas, con el conocimiento y competencias necesarias para hacer frente a los desafíos.
Es en esa línea que la mentoría o mentoring se ha convertido en una metodología útil y cada vez más utilizada al momento de pensar en transferir el conocimiento que han adquiridos los colaboradores más antiguos y competentes de la organización, evitando incorporar programas de capacitación externa que brindan conocimientos técnicos que no siempre responden al contexto cultural de la organización.
El mentoring es utilizado cada vez más en áreas empresariales, de emprendimiento y para que los más experimentados o ejecutivos senior puedan transferir sus conocimientos y habilidades, generando un impacto positivo en el clima laboral, los procesos de desarrollo de competencias, el trabajo en equipo y la gestión del conocimiento organizacional.
Por esta razón, son cada vez más las compañías en diferentes partes del mundo que invierten en formar a sus líderes para que estos se certifiquen como mentores profesionales y cuenten con las habilidades y competencias que les permitan transferir de manera efectiva el conocimiento clave que los demás colaboradores requieren para seguir creciendo.
Muchas empresas han perdido muchísimo cada vez que una persona con conocimiento y talento se va de su organización, y todo el conocimiento y formación que se le entregó al colaborador se va con él.
¿Cómo evitar esto? El mentoring es otra respuesta que explica por qué es bueno invertir en formarse como mentor, ya que ayuda a que los colaboradores tengan una transferencia de conocimientos y habilidades que sea efectivo, y que permita retener el aprendizaje organizacional en el tiempo, ahorrando grandes esfuerzos e inversiones en volver a generar el conocimiento obtenido.
Finalmente, considerar formar a los líderes como mentores profesionales permite promover la autonomía, potenciar a los referentes internos, aumentar el compromiso organizacional y un sinfín de beneficios que quizás llegó la hora de experimentarlo para vivir estos impactos.