Estudio revela que actitud de la madre es clave en la participación del padre en la crianza
La sociedad avanza cada vez más hacia la corresponsabilidad parental. Políticas públicas como el post natal para el padre o beneficios como el teletrabajo buscan impulsar la participación laboral femenina para que la maternidad no sea una desventaja en el mundo del trabajo.
En esa línea, un estudio publicado esta semana en el Journal of Child and Family Studies, donde se encuestaron y observaron a 182 parejas con sus hijos de tres y nueve meses, reveló que la actitud de la madre es decisiva en la participación del padre en la crianza.
La investigación muestra que las reacciones críticas o negativas de la madre durante los tres primeros meses de vida de su primer hijo pueden hacer que el padre asuma un rol menos participativo y se involucre menos en su crianza.
Puede ser tan sutil como una mueca de irritación cuando él juega con la guagua o miradas de crítica contenida cuando él prepara la mamadera, hasta actitudes tan obvias como un «déjame que yo lo hago mejor» o simplemente apartarlo para terminar de mudarla, bañarla o hacerla dormir.
Al contrario, cuando ellas estimulan la interacción entre padre e hijo, son flexibles para aceptar que él puede hacer las cosas a su manera y reconocen positivamente sus capacidades de crianza, ellos se involucran más y asumen un rol más protagónico.
Los resultados mostraron que los padres que habían recibido más críticas negativas de la madre a los tres meses de nacido su hijo, seis meses más tarde no se desempeñaban tan bien en parámetros como responder a gestos y expresiones del niño, sonreírle, hablarle en tono cálido y estar comprometido con él.
Cuestión de práctica
Para Daniela Aldonay, investigadora del Centro de Apego y Regulación Emocional de la Facultad de Psicología de la U. del Desarrollo, la actitud crítica de algunas madres «responde en gran medida a que todavía pensamos que ellas tienen más responsabilidad que los padres en torno a los niños y que lo hacen mejor».
Sin embargo, no hay evidencia científica que muestre que los padres estén menos capacitados que las madres para ejercer la crianza.
«Si la madre desempeña mejor estas funciones es probablemente porque al pasar más tiempo con la guagua lo ha ensayado más», añade.
Pero el rol no es solo de la madre. El derecho a posnatal para el padre, mudadores públicos en espacios unisex y permisos para cuidar al hijo enfermo son también avances de la sociedad que ellos deben aprovechar.
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