La política dentro de la organización
Por Matías Palacios, director ejecutivo Outplacement de PwC Chile
Hace poco uno de mis clientes de Outplacement me contaba que se había ido de su empresa «por temas políticos». ¿Cómo es eso?, le pregunté. Claro, es que yo no era de los «amiguis» del jefe y, por eso, me terminó despidiendo. Esa pequeña conversación me inspiró a escribir esta columna: la importancia de la política en la empresa.
Durante tiempos inmemoriales hemos confundido el concepto de ‘política¿’ con «chupamedias» o aquel gracioso personaje «Espinita» de la TV, pero en realidad la política es mucho más que «caerle bien al jefe».
La política al interior de las organizaciones tiene que ver con relaciones, con movilizar, con hacer equipos, crear agenda y traer puntos a la mesa que sean relevantes, pero de manera sutil y no confrontacional. O sea, con cautela.
En mi vida he conocido ejecutivos muy exitosos laboralmente, pero no tan brillantes. Y también he conocido gente brillante, pero no tan exitosa en su carrera laboral. Uno creería que el más inteligente es aquel al que le va mejor económicamente y en posicionamiento, ¿o no?
En la vida no siempre avanza el más inteligente, sino el más hábil. Que, aunque se parecen, no son lo mismo. Y quien es político, suele ser hábil. Dice lo que tiene que decir, en el momento justo, sin pisar a nadie, en forma directa, no es confrontacional, sabe generar aliados y, muy importante, sabe callar en el momento necesario.
Por otro lado, muchas veces he escuchado a profesionales decir «yo al trabajo voy a trabajar y no a hacer amigos». Ojo! La política requiere de acercamientos, de relaciones de confianza y de consensos. Si no participas en nada y te dedicas ciegamente a hacer tu trabajo, estás pasando por alto un ingrediente fundamental del desarrollo en el mundo ejecutivo. No se trata que participes en todo o facilites tu casa para un asado, sino que de encontrar equilibrios porque el aislamiento total tampoco funciona.
Injustamente hemos construido caricaturas alrededor de quienes manejan la política a la perfección y les hemos puesto muchos títulos y nombres peyorativos. Pero ser político es un arte, que se puede y debe desarrollar. No solo para tu carrera ejecutiva, sino que para la vida también. Ser político requiere agudeza, timing, asertividad, autocontrol. Características difíciles de desarrollar en nuestros tiempos donde queremos todo en forma inmediata, ¡ahora ya!
Me encuentro con muchos ejecutivos que dicen «yo soy directo y digo las cosas pan pan, vino vino». Quizás por eso saliste, les digo.
El político no se calla, sino que elige el momento y la forma correcta para decir las cosas. No confundamos. Esto no es binario. No se trata de decir todo sin filtro o no decir nada y callar de manera cómplice.
No es una virtud decir todo lo que uno piensa, pero sí pensar todo lo que uno dice. Seguramente te ha tocado ver personas en tu organización que son «menos inteligentes o brillantes que tú», sin embargo, han sido capaces de desarrollar una carrera más larga que la tuya en esa empresa y/o van ascendiendo silenciosamente mientras tú sigues buscando tu nuevo desafío laboral.
No te fíes solo de tu inteligencia porque con eso ya no alcanza. El mundo de hoy (y del futuro) va a requerir más «política» en todo sentido, así que sugiero que aprendas y la practiques. Tampoco te olvides del refrán «hay que estar cerca de los amigos, pero mucho más cerca de los enemigos».
Les sugiero una serie que les puede divertir: House of Cards (Netflix).
Muchas gracias. Es muy cierto. Me gustó su artículo
Excelente publicación. Yo le agregaría el ingrediente de Inteligencia Emocional que tanta falta nos hace hoy
Estoy de acuerdo con lo planteado en la columna. Con algunos matices: la politica de los amigos en la empresa (muy eufemisticamente llamada del «Equipo») a veces no es la de la empresa: las empresas (llamese directorios o accionistas) privilegian los resultados y promueven el éxito, y lo persiguen activamente. La agenda de los empleados (gerentes y otros) puede estar alineada con esos objetivos, o no. Muchas veces es solo cumplir, y no hacerse notar mucho, para que no se evidencie la falta de competencias, o la falta de interes.
Como bien dice la columna, en no pocas oportunidades el mas capaz, o mas inteligente, o mas trabajador, o mas interesado, no es el que tiene exito o perdura en la empresa. Sobre todo en Chile, cada dia menos, afortunadamente, porque todavia perdura la politica del amigo, del leal al «equipo» ( que mas bien es colusion o complicidad), y la meritocracia basada en el desempeño eficaz y eficiente, en la innovación y en el trabajo de equipos multidisciplinario se va poscionando con fuerza, ayudado por la red de contactos, y no solo por esta.
Creo que el desarrollo profesional es mas que perdurar en una empresa. Y tampoco es váildo ir de profeta acusando y preconizando a los cuatro vientos, porque eso es inmadurez. En algun punto la tensión entre la esencia y el ser llega a su limite y te quedas con tu esencia o eres quien los demas definen que seas.