Buscar temas

Siete señales que muestran de que el pesado de la oficina eres tú

No en todas las oficinas pero, en la mayoría, hay uno que es más pesado que el resto. Y a veces, eres tú.

El problema es que así como hay gente piensa que no necesita desodorante, también están aquellos que no saben que están siendo desagradables para el resto. por eso, acá te dejamos siete cosas que podrían demostrar que tú eres el desagradable, porque todos podemos equivocarnos.

  • Salen y no te avisan. ¿Te ha pasado que tus compañeros van a almorzar/fumar/a por un café, y no te llevan? Bueno, si la excusa recurrente fue : «no nos pescaste, o no estabas o, cualquier excusa, sinceramente, es porque  no quieren ir contigo.
  • Le subes el ego a tu superior al frente del resto. El chupamedias moderno necesita marquetearse, por lo que hace todo lo posible para que todos sepan que es «el mejor amigo del jefe». Si lo haces, es casi seguro que ya no le caes bien al resto.
  • Necesitas ser proactivo en ahorros y recortes. Si tu cargo no es ser el gendarme del uso racional de los recursos de la empresa, no tiene mucho sentido que te esmeres en hacer que tus compañeros dejen de imprimir o de pedir cosas que necesitan para trabajar. Cada uno es adulto y está en su puesto porque debe manejarlo.
  • Nadie te sigue cuando propones alguna nueva innovación para publicitar los logros personales de cada trabajador. Sinceramente, está bien el diseñar incentivos, pero eso lo hace quien debe hacerlo.
  • Utilizas el altavoz en tu teléfono. El lugar de trabajo no es el sitio en el que puedes hacer tus «call» con tus amigos o clientes. Todos trabajan ahí, y el silencio se agradece.
  • Nunca invitas. Si eres un avaro, es difícil que le caigas bien a alguien en la vida, más aún a tus compañeros de trabajo.
  • La gente rehuye de ti. Si la small talk es muy small y la gente parte para otro lado en cuando puede, pues estás en un problema…y todo indica que el problema pesado de la oficina eres tú.
 No hay comentarios

Déjanos tu comentario

*Campos requeridos
volver al inicio