Envejecimiento de la población en Chile: ¿Cuáles son los desafíos más grandes?
El envejecimiento poblacional es una realidad sin precedentes a nivel mundial. Y esta situación no es ajena a nuestro país. De hecho, Chile está catalogado como el segundo país más longevo de Latinoamérica. ¿Cuáles son los principales desafíos que debemos enfrentar a una población cada vez más duradera?
Según la oficina de Censo de Estados Unidos, a través de su estudio An Aging World: en 2015 un 8,5% de la población mundial es de la tercera edad y se espera que para el año 2050 se incremente al 21,5%. Esto significa que durante el siglo XX, en la década de los 50, existían alrededor de 400 millones de personas mayores de 60 años, en los ‘90 la estimación era de 700 millones y, en esa misma línea, se calcula que para el año 2025 existirán alrededor de 1200 millones de adultos mayores, cifra que ascenderá a 2100 millones para el 2050.
El mismo estudio indica que Chile ha triplicado su población de tercera edad en 42 años, por lo que está catalogado entre los países que más rápido envejece. Datos que concuerdan con el índice global de envejecimiento, AgeWatch 2015 de la red global HelpAge, destinada a promover los derechos de la población adulta mayor y que basa su medición en cuatro dominios fundamentales, cubriendo aspectos relacionados con su bienestar, su experiencia y sus oportunidades, siendo estos: seguridad de ingresos, estado de salud, competencias y entornos favorables.
“Dentro de este ranking, entre 96 países participantes de Naciones Unidas, Chile ocupa la posición número 21, detrás de Panamá, y donde ambos países se ubican en las posiciones más altas en la región latinoamericana. Esto significa, en términos de cifras, que nuestro país presenta una alta tasa de empleo para los adultos mayores, alrededor del 65,4 %, con una tasa de cobertura de pensiones del 83% y un nivel de pobreza en la vejez que alcanza al 15,2%”, explica Susana Arancibia, docente de la escuela de Trabajo Social de la Universidad del Pacífico.
Para Susana Arancibia, este desafío implica la necesidad de plasmar contratos socio culturales que permitan a las personas mayores el desarrollo de todas sus potencialidades en busca de una calidad de vida plena. “Es necesario considerar que un envejecimiento exitoso y saludable se relaciona tanto con la funcionalidad biológica como social de la persona, lo que se potencia a través de la integración familiar y colectiva de quienes envejecen. En las modificaciones que deban realizarse, se requiere la presencia del Estado, las organizaciones sociales, la comunidad, la familia y cada uno de los individuos”.