Los desafíos tras la renuncia del líder en el trabajo
El líder es el encargado de asegurar la cohesión e integración entre los miembros del equipo. Es quien hace énfasis en cuáles son los intereses comunes y aclara los objetivos de la compañía, además de motivar a los trabajadores, darles confianza y apoyo. Es por esto que su renuncia afecta negativamente a la productividad del equipo.
Así lo afirma Alfonso Ochoa, Country Manager de DNA Human Capital, quien agrega que el clima organizacional y la motivación del grupo son los componentes que se ven más afectados tras la salida.
“La renuncia del líder tiene un efecto directo en el resto del equipo. Con su salida, se pierde mucha de la referencia técnica del negocio, pero quizás la parte motivacional es la que se ve más afectada”, señala Ochoa.
¿Quién asume el liderazgo?
Ante la partida de quien toma las decisiones y guía al grupo, se genera una desorientación e incertidumbre por parte de los colaboradores. La ausencia del jefe deja un vacío que muchas veces lo asume el líder natural del grupo, si es que existe uno.
“En general, los nuevos líderes que surgen lo hacen de forma natural dentro del equipo del líder anterior o a través de una contratación externa”, señala.
Pero no todo es crisis. Si bien en una primera instancia, la renuncia de un jefe puede afectar fuertemente a una compañía, Ochoa afirma que también presenta buenas oportunidades de crecimiento y de transformación.
“Con esta salida, pueden surgir nuevos liderazgos, con ideas innovadoras y el surgimiento de un nuevo tipo de gestión. Todos esos cambios pueden contribuir a crear una sinergia que aumente la productividad y el crecimiento”, explica.
Cuidado con otras salidas
El especialista advierte que uno de los grandes riesgos posteriores a la partida del líder es la renuncia de sus colaboradores. Es en este minuto cuando la retención del talento juega un rol fundamental.
“Un desafío esencial será la retención de los talentos dentro de la compañía, ya que la salida del líder puede acarrear la salida de otras personas afines, ya sea porque lo siguen en sus nuevos desafíos o porque pierden interés en trabajo, al perder a su referente”, sostiene.
Sin duda la ausencia del jefe impone a las organizaciones una reestructuración y un esfuerzo para seguir con las labores que él había definido.
Asimismo, es esencial mantener y mejorar la motivación del resto del equipo, que pudo haberse visto afectada por la salida de su “cabeza”.