Las habilidades humanas que todo profesional del futuro necesitará dominar
La idea de que los robots terminarán por apropiarse de los trabajos de los seres humanos ronda en la mente del hombre desde la revolución industrial. Sin embargo, es en este siglo, cuando la tecnología y la robótica avanzan aceleradamente, que el tema se ha transformado en una preocupación.
Un sondeo del Centro de Investigaciones Pew reveló que, al menos en Estados Unidos, desata una especie de ansiedad generalizada: tres cuartos de los ciudadanos de ese país ven como algo real que, en pocos años más, los computadores hagan la mayoría de las tareas que hoy están en manos del hombre.
No obstante, la realidad es que este desarrollo vertiginoso de la tecnología también va aparejado con oportunidades para las personas, las que tendrán que desplegar ciertas destrezas y capacidades difíciles de reemplazar por un robot.
«Al igual que en muchas revoluciones tecnológicas, van a existir cambios y algunos trabajos desaparecerán, como las tareas repetitivas. Pero también se generarán muchos otros», explica Carlos Jerez, director de Ingeniería Matemática y Computacional de la U. Católica, a «El Mercurio».
Habilidades claves
Dominar la programación y el manejo de datos no son las únicas capacidades que todo estudiante debiera desarrollar para desempeñarse exitosamente en el mercado laboral futuro, advierten los especialistas. También hay una lista de habilidades humanas que serán fundamentales.
«Necesitamos conectarnos mejor con el resto. Saber empatizar para entender las emociones del otro y fortalecer la comunicación cara a cara», afirma Juan Felipe López, director ejecutivo de Laboratorio de Gobierno.
El pensamiento crítico es la herramienta clave para enfrentar las situaciones desconocidas que están por venir, advierte Jerez, ya que «el futuro es incierto. Las personas que no estén preparadas para enfrentarlo van a estar en desventaja».
Además, el experto considera que en los colegios y universidades faltan más horas de Filosofía y discusiones de fondo.
«Hay que aprender a cuestionar lo que estamos haciendo y también a argumentar nuestras ideas. Eso se puede enseñar, pero son aspectos de la educación que se han ido perdiendo», afirma.
La creatividad, la inteligencia emocional y la capacidad de liderazgo son otras habilidades que componen la lista de destrezas básicas que deberán tener los profesionales del futuro. Algo nada fácil de imitar para los sistemas computacionales, acota Rodrigo González, presidente ejecutivo de la consultora Accenture Chile.
«Acelerar el desarrollo de estas capacidades debiera ser una prioridad para las empresas y los gobiernos», plantea.
Por su parte, Goretti Cabaleiro, académica de la Facultad de Economía y Negocios de la U. Alberto Hurtado, señala que los aspectos blandos de los trabajadores serán los más valorados, como la flexibilidad, la pasión, el emprendimiento y las buenas relaciones en entornos interculturales. Y agrega que las personas deberán estar abiertas a aprender de forma continua, a escuchar y a comunicar.
Nuevos enfoques en la educación
En cuánto a la forma de evaluar a los estudiantes, Cabaleiro cree que no debería ser a través de exámenes teóricos, ya que solo premian la capacidad para memorizar de los alumnos.
«No debemos centrar nuestros esfuerzos en la retención de información, sino que en saber qué hacer con esta información. Los objetivos del aprendizaje deberían ser resolver problemas y trabajar de manera práctica con otros, para que a futuro se haga de manera más efectiva», agrega.
En tanto, Carlos Jerez hace un llamado a los alumnos a empoderarse de su educación. «Los estudiantes deben aceptar que lo que aprendan en la universidad no es solo para pasar de curso, sino que para ser exitosos en la vida. El desafío es que ellos mismos vayan descubriendo cómo aplicar lo que aprendan en su entorno», sugiere.
Según el matemático, existe la idea de que tener un título garantiza el futuro, pero dice, eso no es cierto ya que se necesita estar constantemente aprendiendo.
«A futuro, las personas se van a especializar en una conjunción de diferentes áreas. Así podrán desafiar una de las mayores debilidades de las máquinas: enfrentarse a situaciones nuevas», destaca.