Conciencia ambiental: Cómo implementar un plan de eficiencia energética en la oficina
Como todos los años, el 21 de octubre se celebró el Día Mundial del Ahorro de Energía, que tiene como objetivo tomar conciencia respecto al uso de los recursos energéticos e incentivar la eficiencia de ellos.
Desde el Ministerio de Energía aseguran que “la eficiencia energética busca optimizar la utilización de los recursos energéticos, como la electricidad, el combustible, el gas o la biomasa. Así, se pretende usar de mejor forma los recursos, sin disminuir en ningún caso la calidad de vida de quien adopta medidas de buen uso de la energía”.
Considerando que un número importante de la población pasa la mayor parte del día en el trabajo es fundamental tomar conciencia desde las mismas empresas respecto al ahorro eficiente de la energía.
Claudio Soto, director del Centro de Investigación para la Sustentabilidad (CIS) de la U. Andrés Bello, asegura que en Chile aún estamos dominados por una cultura cortoplacista, donde muchas empresas se resisten al cambio.
«Muchas empresas hacen sus ejercicios presupuestarios de forma anual, de esta forma si medidas de ahorro energético implican costos en el corto plazo (por ejemplo recambio de ampolletas tradicionales a tecnología LED), aun cuando exista un ahorro económico en el mediano o largo plazo, quedan relegadas por otras “urgencias o prioridades”», señala.
A pesar de lo anterior, el profesional agrega que según la Encuesta Nacional de Medio Ambiente de la UNAB, el 56% de los chilenos prefiere el desarrollo de energías limpias amigables con el medio ambiente. Esto, dice, “refleja que cambios en medidas de ahorro energético sí son posibles”.
Un cambio cultural
El primer paso para desarrollar un plan de eficiencia energética en los lugares de trabajo es concientizar respecto al consumo responsable de la electricidad, agua y otros recursos.
«Siempre he creído en los pequeños detalles como motores de cambio. Empezando por el boca-oreja y las pequeñas políticas de logística en eficiencia energética. Por ejemplo, hay unos jabones de manos que se llaman precisamente “cierra el grifo mientras me usas”», sostiene Jordi Vidal, investigador del CIS.
Asimismo, el experto asegura que para que el plan de ahorro energético sea exitoso, la clave está en predicar con el ejemplo.
“Es muy importante que los empleados vean a su empleador y a su dirección creer en sus propias políticas de ahorro energético. Lo más importante es interiorizar esas políticas y llevarlas al día a día, de manera honesta, fiel y si es necesario, sacrificada”, agrega.
Pequeñas acciones
Vidal cuenta que algunas prácticas sustentables y fáciles de implementar son: no dejar las luces prendidas innecesariamente, subir las escaleras siempre sea posible (además de sus beneficios para la salud) o ajustar la temperatura de los ambientes de trabajo según las recomendaciones internacionales.
“Es necesario hacer un uso adecuado del aire acondicionado, cada vez más común en Santiago. Hay un sobre uso, o directamente un abuso, de la climatización en verano, con temperaturas a menudo «gélidas» que no solo son incómodas para muchos trabajadores sino incluso no saludables”, comenta.
Según el Ministerio de Energía, la temperatura ambiente promedio es de 19 a 21 grados en invierno y 24 en verano. Ante lo anterior, es recomendable instalar sellos de puertas y ventanas para conservar la temperatura sin depender tanto de artefactos de climatización.
En tanto, es fundamental apagar los aparatos electrónicos cuando no están en uso, revisar la etiqueta de eficiencia energética (A, A+ o superior) al comprar los aparatos u organizarse con los colegas para hacer turnos en auto o preferir el traslado en bicicleta al trabajo.
Ir más allá
Por otra parte, el experto del CIS aconseja a las empresas adquirir compromisos con el medio ambiente más complejos y de mayor alcance como el uso de energías renovables dentro de las organizaciones, como paneles fotovoltaicos o agua caliente de origen solar.
Además, existen generadores más modernos como los microeólicos y microturbunas hidroeléctricas que son una buena opción para conseguir una mayor eficiencia energética.