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Más allá de la sala de clases: Emprendimientos que nacieron de una idea universitaria

Le dijeron que era una locura, que nadie se los iba a comprar. Era el primer año de universidad de Oscar Muñoz y en el ramo de emprendimiento le encargaron de tarea montar un negocio durante el verano.

Fue ahí cuando se le ocurrió tomar las botellas de vidrio desechables y convertirlas en novedosos vasos y copas. Pero su idea no gustó mucho: le dijeron que era poco proactivo y que demostraba no ser un emprendedor.

Sin embargo, el profesor del ramo le dio una oportunidad y durante enero y febrero se dedicó a cortar botellas y reciclarlas. Finalmente, no hizo caso a las críticas: obtuvo un 7 en el proyecto y creó Green Glass, una marca «busca cambiar la industria del reciclaje y que cada vaso del mundo sea hecho de botella».

Ya sea por un trabajo de fin de semestre, una tarea en un curso de formación general o incluso de un proyecto de título. Al igual que Green Glass también hay otros emprendimientos que nacieron en una sala de clases, donde un grupo de estudiantes apostaron por una idea y se hicieron cargo de una realidad que otros no vieron.

Aplicaciones y sentido social

De los emprendimientos realizados por estudiantes se encuentran muchas aplicaciones disponibles hoy en los celulares. Es el caso de Pichanga, aplicación creada para formar equipos de fútbol entre desconocidos y que ha llegado a tener más de 600 descargas.

La idea nació como parte del proyecto de título de diseñadora industrial de Nélida Cáceres, para disminuir el índice de sedentarismo. Luego el desarrollo de la aplicación se realizó en el Instituto Internacional para la Innovación Empresarial (3IE) de la Universidad Técnica Federico Santa María.

De acuerdo a sus creadoras, un valor agregado de Pichanga es que está siendo utilizada por muchos extranjeros en Chile. «Una vez hicimos una charla y se acercó una persona de Colombia que nos dijo ‘saben, desde que llegué a Valparaíso no conocía a nadie y ahora tengo un grupo de amigos gracias a la aplicación'», dice Macarena Araya, integrante del proyecto.

Otro ejemplo es LazarilloApp, plataforma que mediante mensajes de audio y un sistema GPS guía a las personas ciegas o con baja visión para recorrer la ciudad.

Ahora esta aplicación, creada por René Espinoza como parte de su memoria de título de Ingeniería Civil Eléctrica, se encuentra en 14 países con 6.000 usuarios activos al mes y más de 25 mil descargas.

También se han elaborado proyectos que buscan generar un cambio de cultura. Como el caso de ChileVive, proyecto impulsado en 2016 por cuatro estudiantes de ingeniería civil industrial de la Universidad de Chile y que busca aumentar la tasa de donación de órganos en el país.

En la actualidad el proyecto se unió al Web Intelligence Centre de la U. de Chile y prepara un estudio para analizar el aumento de la tasa de donantes en 2017.

Incentivo al emprendimiento

Entendiendo que la gran cantidad de horas destinadas a la universidad pueden tener un fruto mayor que la acumulación de conocimientos, es que actualmente las universidades han creado diversos centros  interdisciplinarios dedicados a incentivar la innovación y el emprendimiento para que sus alumnos desarrollen proyectos.

Algunos ejemplos son ICubo de la Universidad del Desarrollo, el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini de la Pontificia Universidad Católica y el Centro de Innovación Social (CIS) de la la Universidad Finis Terrae.

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