El ejemplo del líder: Se puede ser productivo y tener una vida personal feliz
¿Qué le ocurre al líder en la organización? Los desafíos que debe enfrentar son múltiples y las responsabilidades muy grandes.
Frente a este panorama, muchos empiezan a exigirse más allá de lo posible, transformando sus vidas en algo miserable, donde solo importa el trabajo.
Sus vidas personales ya no importan. Esto parece ser una decisión personal —desafortunada, por cierto— pero que tiene un gran impacto en las personas que trabajan con este directivo. Significa en gran medida no tomar en cuenta al equipo, demostrando una vez más que la capacidad de delegar es absolutamente insuficiente.
También tiene un efecto de demostración en los subordinados, quienes jamás se permitirían incluir sus necesidades personales y familiares en la dimensión del trabajo.
Los ejecutivos se presionan a sí mismos y a sus equipos bajo la creencia de que eso los hará más productivos. Ciertamente, el estrés es una parte intrínseca del trabajo y un motor en el logro de las metas. Y sin cierta cantidad, nunca lograríamos nada, pero los peligros de exagerar las presiones son reales.
Cuidado con la sobrecarga de trabajo
Estudios citados por el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional de EE.UU. (Niosh) indican que cerca de 40% de todos los trabajadores se sienten actualmente sobrecargados de trabajo, presionados y al borde de la ansiedad, la depresión y la enfermedad.
El costo para los empleadores es inmenso: las primas de los seguros médicos corporativos en EE.UU. aumentaron 11,2% en 2004, cuatro veces la tasa de inflación (Henry J. Kaiser Family Foundation).
Según informes del American Institute of Stress, aproximadamente el 60% de las visitas médicas se debe a molestias y enfermedades relacionadas con el estrés: en total, las empresas estadounidenses pierden anualmente US$300.000 millones a causa de la menor productividad, el ausentismo, la atención de salud y otros costos asociados al estrés (HBR, 2006).
Menos estrés para competir eficazmente
Es crucial entonces que las empresas hagan algo para combatir los efectos negativos del estrés en el lugar de trabajo, si quieren competir eficazmente.
Las organizaciones tienen una responsabilidad muy grande en la sociedad, ya que pueden producir cambios que nos afectarán a todos. Más allá de todas las medidas, importa finalmente lo que el líder hace, porque con su actitud y conducta está señalando al resto lo que es “bueno hacer”.
Sigue leyendo este artículo escrito por la académica Nureya Abarca para la Clase Ejecutiva UC.