Cuando se trate de tu sueldo, ¡Atrévete a negociar!
Por Matías Palacios, Director Ejecutivo de Outplacement de PwC Chile
Hace algunos meses, en PwC realizamos un estudio laboral cuyos resultados muestran que apenas el 5% de los candidatos se atreve a negociar su sueldo al momento de recibir una carta oferta. Sin embargo, en el otro lado de la vereda, la encuesta arrojó que el 80% de las empresas están dispuestas a negociar con el candidato. ¿Por qué tanta diferencia?
Miedo. Simple y claro. Miedo a perder la oferta, miedo a que la empresa se retracte si trato de negociar un poco, miedo a que me crean «mal agradecido». Miedo.
El proceso de negociar es incómodo e incierto, pero tremendamente importante. A negociar se aprende, es un músculo que se puede y debe desarrollar. Por supuesto que si vamos a improvisar a una negociación yo también estaría aterrado, por lo que la preparación previa –algo que muchos candidatos pasan por alto- es clave.
Negociar tu carta oferta no es pedir «100 luquitas más» a ver si pasa, es un proceso que comienza antes de recibir la oferta y termina después de dar el sí, pero ojo, negociar nunca es 100% seguro y tiene implícito cierto riesgo, por lo que si te preparas bien tienes muchas chances de lograr un resultado positivo.
Considera que cuando eres el elegido de la terna, la empresa te quiere a ti y solo a ti, eres el que llena sus expectativas por lo que negociar un poco no debería ser problema. Recuerda además que cuando las empresas buscan profesionales, siempre lo hacen dentro de un rango de renta de X a Y, y la renta final u oferta va a depender de varios factores. Nunca se busca una persona para pagarle X y solo X, por eso siempre existe cierta tolerancia y espacio para negociar un poco.
Es importante que al momento de negociar seas creativo, por ejemplo, si te ofrecen un sueldo un poco inferior a lo que pretendías y finalmente no logras que lo mejoren, puedes pedir que te reajusten a los 6 o 12 meses, o bien podrías pedir que te aseguren el bono de gestión del 1er año (a todo evento). De esta forma puedes compensar y recuperar lo que no lograste a la entrada.
Otra cosa que me llama la atención de los candidatos al momento de recibir una carta oferta es que no se atreven a negociar beneficios, sino que dan por sentado que los beneficios «estándar» de la compañía son los que me tocan. Esto no es así, muchas veces hay espacio para negociar cierta flexibilidad laboral o que te apoyen con algún curso o posgrado, que te den algunos días adicionales de vacaciones o te pasen un estacionamiento, etcétera. Debes saber pedir ciertas cosas, pero con argumentos sólidos.
Quiero cerrar esta columna destacando un aspecto que para mí es el más importantes para a la hora de negociar: tu ACTITUD. La actitud es clave en una negociación, siempre debe ser cooperativa en lugar de competitiva. Se acabaron los tiempos en que uno negociaba por la fuerza como un gánster, nadie quiere eso: ni la empresa ni el candidato. Se supone que estamos iniciando una larga y duradera relación, por lo que «hacerse el duro» afecta más negativamente que positivamente el proceso.
Cuando entres a una negociación, visualiza e imagina que todo va a terminar muy bien y que ambas partes se verán beneficiadas. Sé creativo al proponer soluciones y practica la escucha activa, que te vean con actitud de colaboración y apertura para llegar a acuerdos.
¡Mucha suerte en tu próxima negociación!