¿Aceptar o no? Piensa en esto cuando tu jefe hace una contraoferta porque quiere retenerte en la empresa
Es común que los profesionales busquen nuevos desafíos laborales, lo que muchas veces implica dejar los actuales trabajos. Ganar más dinero, tener una mejor posición o ejercer cargos directivos son parte de las razones que motiva a las personas a dar un giro profesional.
En muchas ocasiones cuando los trabajadores deciden irse de las organizaciones, estas hacen una contraoferta para retener a sus talentos, sobretodo en el caso de los cargos críticos. Es ahí cuando se presenta el dilema para muchos colaboradores sobre aceptar o no dicha contraoferta.
Ignacio Brain, director de Page Personnel, empresa de reclutamiento especializado perteneciente a PageGroup, nos entrega estos consejos sobre lo que deberías tener en cuenta al momento de enfrentarse a una contraoferta laboral.
- Evaluar los distintos escenarios. Es importante analizar la situación “en frío” antes de tomar cualquier decisión que podría cambiar el rumbo laboral. Para esto, el experto de Page Personnel recomienda evaluar las razones que hicieron tomar la resolución de buscar otro horizonte.
- Se debe analizar la perspectiva completa. Lo más “fácil” es aceptar la contraoferta, quedarse en el lugar en el cual ya se está cómodo y que se conoce bien.
- Si se trata de renta, preguntarse por qué demoraron tanto en mejorarla. Otro punto relevante es analizar muy bien si es que la contraoferta cambia o supera las razones de la decisión inicial.
- Estudiar los riesgos. Por muy tentadora que suene la contraoferta, no siempre es una buena idea tomarla. Es que a veces se necesitan nuevos riesgos que tomar, otras culturas de las cuales aprender o, simplemente, si te quedas puedes quedar catalogado como «el que se quiso ir”, lo que podría repercutir en la confianza con los pares o el empleador. De hecho, Brain explica que muchas veces la retención es un incentivo de corto plazo, que al empleador le da tiempo de prepararse para buscar un posible reemplazo. Por otro lado, llegar a un nuevo lugar siempre es un riesgo. Existe la dificultad de adaptarse a un nuevo entorno.
- Evaluar la proyección a futuro. El tercer paso es generar una decisión consciente sobre cuáles son los beneficios de mantenerse en la actual empresa, o el irse a una nueva organización. Las variantes más relevantes a considerar son: proyección laboral, estabilidad, relación con jefatura y pares, y flexibilidad. “Que una interesante contraoferta no detenga los planes iniciales. La persona probablemente ya pasó por un proceso de reclutamiento y selección, entrevistas y su mente está en este nuevo proyecto que ya ha conseguido”, indica Brain.