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¿Qué es la Generación Z y por qué las empresas deben empezar a ponerle atención?

Muchos jefes aún no terminan de entender el cambio que la Generación Y, también conocida como millenial, está impulsando al interior de las organizaciones. Sin embargo, desde ya deben empezar a pensar en un público no menos importante: los zillenials o Generación Z.

Estamos ante la generación de personas que se integrarán a las compañías en los próximos años y, por ende, las empresas deben empezar desde ya a conocer sus hábitos y necesidades para estar listas y saber cómo abordarlas.

«Cuando aún nos estamos adaptando a la incorporación masiva al mundo del trabajo de los millennials (los jóvenes nacidos aproximadamente en las décadas de los ochenta y los noventa), comienza a aparecer una nueva generación, aún más joven y que nos resulta más desconocida: la Generación Z, la primera del siglo XXI», señalan analistas de Randstad, empresa de soluciones globales de recursos humanos (RRHH).

La Generación Z está compuesta por los adolescentes y niños nacidos desde finales de los noventa, también llamados The New Silent Generation, para quienes los teléfonos siempre han sido smart y los mensajes se escriben en menos de 140 caracteres.

Hijos del conflicto

La Generación Z no es la primera silent generation. La original es la conformada por los profesionales ya retirados nacidos alrededor de la Segunda Guerra Mundial y cuya visión del mundo quedó profundamente marcada por ella y por los años de escasez que le siguieron.

Desde Randstad explican que esta nueva “generación silenciosa” recibe este nombre porque también le ha tocado vivir en un mundo en conflicto, en este caso el surgido tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, y en un entorno socioeconómico complejo e incierto, derivado de diversas crisis.

«En ambos casos, los entornos han dado lugar a personalidades que apuestan por la seguridad económica (se prioriza el ahorro al gasto) y que muestran gran preocupación por las opciones laborales», recalcan los analistas.

Asimismo, señalan que más allá de la incertidumbre, la conflictividad y la escasez económica, pocos son los puntos que tienen en común ambas generaciones silenciosas: Si la primera, llamada también “tradicionalista”, se rige por estrictos valores morales, familiares y laborales (la cultura de la austeridad, el respeto a la autoridad, la fidelidad absoluta y a largo plazo al propio empleador), la segunda, es más individualista y vive hiperconectada a la aldea global, pero tiene un claro déficit de habilidades interpersonales, es poco amiga de las jerarquías y sabe que su vida laboral estará ligada a múltiples empleadores de múltiples maneras diferentes.

Ultra conectados

Randstad explica en su blog que, para los menores de 20 años, el mundo está en las redes sociales, pertenecen a muchas, enormes y diversas comunidades cuyos miembros no han tenido nunca relación no virtual, de ahí que sus habilidades sociales se resientan.

Sin embargo, el hecho de haber nacido en un contexto altamente tecnológico, con omnipresencia de Internet, hace que sea no solo la generación con más conocimientos en este ámbito, sino la más preparada para comprender y utilizar las innovaciones que aparezcan a corto y medio plazo.

Poco tiempo para prestar atención

Uno de los grandes retos personales y profesionales que tendrán que encarar los profesionales de la Generación Z, además de la escasez de habilidades para las relaciones interpersonales, tiene que ver con la comunicación.

Si a los millenials se le llamaba coloquialmente la Generación Youtube, por la importancia que tomaba la imagen en movimiento, la Z está marcada por las comunicaciones rápidas, los mensajes cortos y la preponderancia de los íconos y símbolos sobre los textos. Además, en muchos casos, la rapidez se prioriza sobre la calidad de los mensajes, que se consumen igual de rápido que se crean.

«Los datos indican que los cerebros de los niños y adolescentes se están adaptando a procesar más información en menos tiempo y que las informaciones les deben ser suministradas en píldoras más pequeñas. Es decir, son capaces de consumir mayores cantidades de información, pero captar y mantener su atención es cada vez más difícil. La comunicación debe ser rápida, en cambio difícilmente puede ser precisa y tener profundidad», aseguran los expertos de Randstad.

Preocupación por ellos y su entorno

La Generación Z no solo está preocupada por la conectividad. En ese sentido, comparten muchas características de la Generación Y: Se preocupan por la integración de la diversidad, la equidad de género y el impacto de la actividad humana sobre el planeta.

«Diversidad, igualdad y sostenibilidad son temas que no plantean en términos de problema, sino de realidad incuestionable a aceptar y respetar», dicen los analistas.

En Randstad puntualizan que, diferencias aparte, las distintas generaciones conviven día a día en las empresas y los gestores de personas deben procurar que esta convivencia sea, no solo fluida, sino enriquecedora. Todas ellas pueden aportar conocimientos y nuevos puntos de vista a las demás, lo que redunda en beneficio propio de los trabajadores, las empresas y la sociedad, en general.

 

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