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Hombres que trabajan desde casa ? y cuidan a sus hijos ?: La historia de Carlos, Malú y Nico

Durante las últimas décadas Chile ha vivido cambios profundos que, poco a poco, han resultado en un mayor grado de igualdad de género. Cada vez son más los hombres profesionales que se comprometen con el cuidado de sus hijos en casa.

Según el informe Género, los desafíos de la igualdad del PNUD, cerca del 6% de los padres en Chile está a cargo del cuidado de los niños.

Francisco Aguayo, psicólogo e investigador en temas de masculinidades y director de EME, señala que este es un tema que ha emergido en el último tiempo, sobre todo en hombres mas jóvenes y de mayor escolaridad.

Según Aguayo, es tremendamente importante que los hombres se involucren en el cuidado, pues eso tiene un impacto positivo en la vida de los hijos: En primer lugar, porque entra en juego un cuidador más; y además porque se avanza hacia la corresponsabilidad en materia de igualdad de género.

Carlos y Malú… y luego Nico

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Carlos es costarricense y Malú es chilena. Se conocieron hace más de 10 años atrás por Skype, cuando el servicio tenía menos de un millón de usuarios y, luego de conversar por varios meses, un día Carlos vino a Chile a visitarla. Después ella se fue a vivir a Costa Rica y, años después, ambos se mudaron a Chile luego de que Malú recibiera una muy buena oferta laboral en Santiago como Publicista.

En un principio, Carlos no quería tener hijos porque estaba en un país nuevo y por eso ambos decidieron que primero se estabilizarían económicamente. Luego las cosas empezaron a ir bien: Malú tenía un trabajo estable y a Carlos le iba bien como programador, dando clases y con sus libros. Fue entonces que decidieron ser padres.

En Chile nació Nico, el hijo varón de la pareja y, tras el nacimiento de Nico, ya ambos progenitores sabían quién estaría al cuidado del bebé.

El teletrabajo como herramienta para la igualdad de género

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Mientras Carlos estudiaba psicología, siendo aún muy joven y viviendo en Costa Rica, se enfermó y estuvo 3 años en cama. Un tumor en la rodilla le dio la oportunidad de descubrir que, por sí mismo, podía aprender muchas cosas siendo autodidacta.

“Un día llegó un amigo y me presentó Flash (el programa de animación de Adobe) y, como tenía todo el tiempo del mundo, me leí el manual entero. Así aprendí a programar”, cuenta Carlos.

Después de superar su operación en la rodilla, Carlos cambió la psicología por la programación web y móvil, y empezó a tomar clientes hasta llegar a programar para grandes empresas, tanto en su país natal como en el exterior. Al llegar a Chile, siguió programando y daba clases de programación en la UDLA y la UNIACC. Además, trabajaba desde Chile para una empresa en otro país.

“Antes de que Nico naciera yo empecé a trabajar de manera remota para una empresa de Estados Unidos, cuyos programadores se encuentran la mitad en Costa Rica y la mitad en Bulgaria, lo que me permitió hacer lo que buscábamos como pareja, es decir, que yo pudiera tener un contacto cercano con el niño y no ser como esos papás que  llegan por la noche a solo saludar”, explica Carlos.

Eso también permitió que Malú pudiera tomarse todos los 6 meses de licencia y volver al trabajo más tranquila, pues sabía que su hijo estaba en las mejores manos: Las de su papá.

“Generalmente, las opciones que las madres tienen son dejar de trabajar o llevar a sus hijos a una sala cuna, lo cual puede resultar difícil. Siento que a mí no me costó tanto porque sabía que Carlos iba a estar aquí”, expresa Malú.

Por su parte, Carlos comenta que si no siguiera en este trabajo buscaría uno con las mismas condiciones, porque es bonito estar con Nico.

Obviamente Carlos no puede con todo. Trabajar y cuidar de un bebé es bastante. En ese sentido, Malú y él cuentan con la ayuda de la madre de Malú, quien les colabora con las labores y cuidando a Nico cuando Carlos está a full con el trabajo.

No se trata de ayudar

Malú y Carlos cuentan que, en un principio, entre los amigos había opiniones encontradas. Algunos se preguntaban cómo era posible que Carlos fuera a cuidar al niño, pero la teoría más difícil de derribar ha sido la idea de que eso de los bebés es tarea de las mujeres

“La gente piensa que yo le ayudo a Malú. Escuchamos frases como ¡qué lindo!, ¡como le ayuda!; cuando en realidad también es mi trabajo como padre cuidar de Nico”, recalca Carlos.

Según el informático, no se trata de estar ahí solo para la foto, sino de ensuciarse las manos y desvelarse cuando es necesario. Sin embargo, dice que si bien a algunos esto les ha dado ideas para promover la igualdad entre sus parejas, también hay quienes los han ofendido

“Me han preguntado por qué quiero hacer cosas de mujer, cuando para mí tareas como cambiar un pañal son las que realmente me hacen hombre”, expresa Carlos.

No se deja atrás lo profesional por ser papá, pero sí hay sacrificios

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Carlos explica que estar al cuidado de Nico le ha ayudado a ser más ordenado con los tiempos y a dejar de ser trabajólico.

“Antes el trabajo era todo para mí, ahora ya no. Ahora tengo que manejar mejor mi tiempo”, explica.

Sin embargo, afirma que sí se ha visto afectado por el hecho de venderse como papá en casa.

“En uno de mis trabajos, cuando dije que estábamos embarazados y que yo cuidaría a Nico mi jefe cambió y me invalidó mucho. Sentí el peso del estereotipo clásico por el que pasa una mujer cuando se embaraza. Eso es pésimo, es muy feo”, recalca.

Según Carlos, posteriormente la situación cambió, pero no fue así hasta que él demostró a nivel profesional que era igual de competente ahora que tenía un hijo a su cuidado.

Su capacidad de auto-aprendizaje, sumado a su experiencia como profesor, tanto presencial como en modalidad online, lo han motivado a convertirse en autor de textos de programación. Sus libros, El manual del guerrero móvil y El manual del guerrero Angular han sido best sellers en Amazon.

Aún así, el profesional confiesa que ahora que está escribiendo su tercer libro es más difícil, pues para él es más importante dedicar tiempo a su hijo de día, así que escribe de madrugada. Según Carlos, cuidar de Nico tiene un precio, pero es un precio que feliz paga.

“El año pasado sembré un árbol, tuve un hijo, y escribí un libro que fue best seller en Amazon”, cuenta el programador, quien no para de decir que Nico llegó “con la marraqueta bajo el brazo”.

¿Vale la pena?

Al preguntarle a Carlos y Malú si le recomendarían a otros lo que ellos han hecho dicen que sí, sin embargo Malú señala que para que esto funcione hay que depositar la confianza en los varones, pues de nada vale aceptar que ellos se involucren más si las madres se la van a pasar criticando todo lo que los padres decidan.

“Hay que confiar en la pareja y respetar las desiciones que ellos toman con los niños, porque el niño es de los dos”, indica.

Malú también hace hincapié en que el hecho de que Carlos esté en casa le ayuda mucho en temas de superación profesional.

“Actualmente estoy analizando en qué áreas puedo profesionalizarme más en pos de mirar mi carrera hacia arriba, al igual que Carlos”, expresa.

Según ella, el hecho de que su esposo asuma tanto como ella el rol de la paternidad la hace sentirse muy tranquila y orgullosa.

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