¿Qué características destacan a un profesional resiliente?
La resiliencia se define como la capacidad de las personas para adaptarse positivamente a situaciones adversas y salir fortalecidos de ellas. Si bien es un término que se ha ampliado en la última década, ser resiliente es hoy visto como una característica que demuestra inteligencia emocional y que es fundamental en el mundo laboral.
Sebastián Uriarte, socio fundador del Grupo SDH, dedicado a la búsqueda y desarrollo de talentos, sostiene que el concepto de resiliencia tiene cada día más relevancia en el ámbito del trabajo, dado que vivimos en un mundo en constante cambio.
“Frente a la incertidumbre, las empresas requieren contar con profesionales resilientes que, entre otras características, se adapten rápidamente a los vaivenes del entorno, para enfrentar de mejor forma los nuevos escenarios y desafíos”, señala el experto.
Asimismo, y en un plano más personal, destaca que esta palabra juega un rol preponderante para un trabajador cuando, por ejemplo, ha quedado cesante o busca mejores perspectivas de desarrollo.
Las cualidades que posee un profesional resiliente
Junto con la capacidad de adaptarse, un profesional resiliente cuenta con rasgos que son rasgos claves para superar la adversidad o lograr los objetivos que se buscan.
A continuación, el ejecutivo detalla cada una de esas características que destacan a una personal capaz de sobreponerse a las adversidades:
- Flexibilidad: Es relevante para adaptarse a los cambios y poder avanzar en el logro de los objetivos fijados.
- Inteligencia emocional: Habilidad para conocer y manejar las emociones propias y comprender los sentimientos del resto.
- Sociabilidad: Capacidad para establecer nuevos lazos con otras personas y estrechar vínculos en el tiempo.
- Optimismo: Consiste en ver lo positivo de las cosas. Ver las oportunidades que una situación negativa puede ofrecernos y no las amenazas.
- Intuición: Es decir, que el profesional sea capaz de conocer, entender o percibir algo, en forma clara e inmediata, sin el uso de la razón.
- Empatía: Capacidad para ponerse en el lugar del otro. Implica una mayor sensibilidad frente a las demás personas.
- Iniciativa: Se refiere a tener motor propio, energía y decisión para que las cosas sucedan. Ser proactivo. Lo contrario es esperar a que ocurran los hechos de manera natural, espontánea y azarosa.
- Sentido del humor: Significa poder reírse de uno mismo y de los defectos que se tienen.
¿Te consideras un profesional resiliente? Si la respuesta es negativa, la buena noticia es que los expertos han demostrado que esta habilidad se puede desarrollar con el tiempo.
Además, muchos la definen como un camino a la felicidad, por lo que deberías comenzar a ponerla en práctica.