Las posturas y gestos que hablan mal de ti en una entrevista laboral
Nuestro lenguaje corporal en una entrevista laboral influye de manera importante al sumar o restar poder en la intensión de lo que queremos comunicar. Los gestos y movimientos que realizamos van más allá de lo textual de cada mensaje.
Así lo sostiene Carolina Miranda, Directora DNA Outplacement, quien además agrega que es fundamental entender que las personas somos una unidad que incluye cuerpo, emociones y lenguaje.
“De lo que no tenemos conciencia es que el cuerpo está fuertemente ligado con las emociones y, por ejemplo, si estoy nervioso mis manos van a transpirar, los latidos del corazón se pueden acelerar, por tanto vas a tener respiraciones más cortas y tu voz puede salir más frágil. Esto afectará la percepción del otro con lo que quieres comunicar”, señala.
La especialista recomienda, ante todo, llegar preparado y con tranquilidad a una entrevista de trabajo. Una vez allí, es clave focalizarse en los aspectos del lenguaje corporal que se deben cuidar.
“Es fundamental tomar conciencia de lo que comunica el cuerpo y desde aquí estar atento a qué hacer y no hacer en los distintos momentos de la entrevista. El cerebro es muy obediente y selecciona la información que tenemos presente”, afirma.
Cuidado con tus posturas y gestos
Miranda asegura que existen ciertas posturas y gestos que transmiten una mala impresión del candidato. Muchas de ellas se manifiestan producto de los nervios o inseguridad.
Según la especialista, estos son los errores más comunes que cometen los postulantes a un cargo:
- Saludo inseguro: Dar un apretón de mano débil, mostrar una expresión muy seria o una mirada baja en el saludo son los principales errores.
- Mala postura al sentarse: Una postura muy hacia adelante muestra ansiedad y una muy hacia atrás es señal de displicencia o cierta arrogancia.
- Rigidez durante la entrevista: No cambiar la postura durante toda la entrevista puede mostrar rigidez o hasta temor.
- Movimientos rápidos y repetitivos con el cuerpo: Entre los más típicos está el mover mucho el pie o tocar un anillo.
- Mirada desviada: Un candidato jamás debe mirar el suelo y no de frente a su interlocutor mientras conversan.
- Transpirar mucho: Cuando no es producto del calor sino que del nerviosismo, transpirar mucho puede delatar tus emociones.
- Respiración acelerada: Respirar muy rápido no permite trasmitir una voz firme y segura durante la interacción.