El rol de la tecnología en las empresas y lo que realmente se invierte en ella
Más de cinco mil ejecutivos a nivel mundial -entre ellos, más de 130 chilenos- fueron los participantes de la nueva versión del estudio TechVision de Accenture, encuesta que busca determinar las principales tendencias que marcarán a las empresas en el mundo en el próximo quinquenio, según consigna «El Mercurio».
Los resultados de este estudio respecto a la importancia que le atribuyen los directivos nacionales a la tecnología y su rol transformador en el futuro de sus negocios no es sorpresivo.
Más del 79% de los consultados asegura que la disrupción digital que enfrenta su industria es alta, con incluso más de un 22% que la cataloga como una «disrupción total». Por lo mismo, tampoco es de extrañar que más del 85% de las organizaciones crean que deben innovar a un ritmo acelerado para mantenerse competitivas dentro de su industria.
Sin embargo, pese a las conclusiones anteriores, sorprende el bajo nivel de inversión que las compañías chilenas están realizando en tecnologías digitales.
Si bien el 80% de los participantes asegura estar invirtiendo en algún grado en tecnologías de este tipo dentro de su negocio, solo dos de cada diez afirman invertir extensamente en el tema, cifra especialmente baja si se considera que el 87% de los ejecutivos cree que estamos en una época donde los cambios serán de carácter exponencial más que lineal.
Ante estos resultados, parece contradictorio el bajo compromiso de recursos frente a temas que ellos mismos catalogan como cruciales, pero donde incluso hay un 5% que dice no contar con una estrategia digital formal o que las tecnologías no son relevantes para su negocio.
Mismo problema en Inteligencia Artificial
Una de las principales tendencias y desafíos tecnológicos a futuro en el que coincidieron los ejecutivos chilenos es la Inteligencia Artificial (IA).
El 74% de los encuestados concuerda en que la IA revolucionará la forma de interacción con sus clientes en los próximos tres años, revolución a la que las empresas no podrán adaptarse si no invierten desde ahora en este tipo de tecnología, la que, además, debe sobrepasar las barreras de falta de experiencia y temor por parte de los usuarios.