Los retos y oportunidades del trabajo en la era digital
Juan Ignacio Díaz
Gerente general de Siemens Chile
El avance de la tecnología está transformando radicalmente el mundo en el que vivimos a medida que las innovaciones se imponen en nuestra vida. Tendencias en expansión de la mano de la digitalización, la automatización y la inteligencia artificial, prometen un vuelco en la industria del trabajo de todo tipo de organizaciones.
Sin embargo, la transformación digital también abre oportunidades únicas de éxito para las empresas y la sociedad, si aprendemos a adaptarnos a tiempo.
La dualidad en la forma de entender el avance de la tecnología se percibe en los rubros de la automatización y robótica. Estudios de McKinsey Global Institute (2017) señalan que la automatización hará crecer la productividad entre un 0.8 y un 1.4% anual.
Se prevé además que la incorporación de sistemas automáticos impulsará hasta la mitad del crecimiento total de la productividad necesaria para asegurar un crecimiento del PIB del 2,8% durante los próximos 50 años, un beneficio clave que permitirá a las empresas seguir siendo competitivas.
Otro efecto de la robótica será el cambio de paradigma en lo que respecta al trabajo como hasta hoy lo conocemos. Según un estudio de la Universidad de Oxford (2013), el 47% de los empleos existentes hoy en Estados Unidos podrían ser adoptados por robots en los próximos 20 años.
Mientras tanto, en Chile se estima que 3,2 millones de empleos pueden ser reemplazados por sistemas automáticos, lo que representa el 49% del total del trabajo que se ofrece, según McKinsey.
Pero si ampliamos la perspectiva, podemos ver claramente la oportunidad que se nos presenta: más de la mitad de los trabajos del futuro hoy no existen o no se han definido, lo que implica una fuerte demanda de personal altamente creativo, dinámico y calificado.
Entrenar y capacitar a nuestro capital humano en la era digital, junto con una adecuada educación de las futuras generaciones, será crucial para lograr organizaciones sostenibles y exitosas.
En este sentido, la evolución tecnológica no necesariamente se contrapone a la lógica del trabajador, sino que debe ser prioridad de cada organización adaptarse ante el nuevo escenario, a fin de estar preparados y seguir siendo competitivos. Los empleos se van a mantener, son los tipos de trabajo los que van a cambiar. El ingenio, la creatividad y la toma de decisiones acertadas siempre serán valorados por cualquier industria.
Por su dinámica cultura emprendedora, su alta penetración de Internet y dispositivos móviles por habitante, y su reciente despegue en desarrollo de I+D, Chile es uno de los países mejor preparados en América Latina para asumir lo mejor posible el desafío de incorporar tecnología en el mundo laboral.
La adaptación temprana y el fomento de la educación tecnológica, conocida como STEM, son claves para que la dicotomía “tecnología versus trabajo” se transforme en “tecnología junto al trabajo”.