Las siete cualidades que distinguen a un profesional exitoso de uno común
Si bien no existe la clave del éxito, también es importante saber que si lo que quieres es proyectar tu carrera profesional, lograr un buen puesto de trabajo o estar a cargo de un equipo, hay siete elementos que podrían encausarte a ello. Así lo manifiesta Cristián Cofré, socio de la reclutadora Conexión Ingenieros.
«Si bien no existe la receta perfecta para ser exitoso, hay ciertos factores que se deben aplicar a la vida cotidiana para lograr resultados positivos. Junto a ellos, hay que mantener la mente abierta a las nuevas ideas y posibilidades, entendiendo que siempre se puede aprender algo nuevo o fortalecer alguna habilidad», asegura.
Es por ello que el experto entrega los siete elementos que distinguen a las personas exitosas:
1. Actitud:
Cofré afirma que más allá de los conocimientos técnicos, el 85% del éxito está en la actitud que uno tiene.
Frente a una situación de crisis, agrega, hay dos tipos de personas: por un lado, el que se queja y culpa al otro y, por otro, el que «se hace cargo» y la enfrenta.
2. Liderazgo (y autoliderazgo):
Esto significa ser consciente del entorno, es decir, darse cuenta de la interdependencia de los hechos (causa y efecto).
Por ejemplo, si un individuo llega tarde al trabajo todos los días, se va generando un hábito que no inspira al resto. Pero con algo tan simple como ser puntual, el resto del equipo notará su compromiso.
«Llegar a la hora dice de mí que soy un jugador de equipo y que me importa mi trabajo y por sobre todo respeto a mis compañeros», asevera Cofré.
3. Confianza:
El experto señala que hay que cultivar un ambiente de colaboración y de confianza. En otras palabras, se debe ayudar a los demás, compartir información y protagonismo.
Asimismo, es fundamental reconocer abiertamente y honestamente los méritos de los demás.
«La estrategia de ser humilde en vez de competitivo, al final resulta ser más provechosa. Tanto los compañeros de trabajo como clientes lo valorarán», señala.
4. Saber comunicar:
Esto es imperativo, tanto en la oficina como en la vida personal y se traduce en asegurarse de ser escuchado y entendido, pero también de escuchar.
Hay que escuchar con atención, pues la comunicación es una calle de dos vías y saber aprovecharla hará que los proyectos propios sigan creciendo en lugar de frenarse.
«En esto es importante que la información fluya y que todos tengan claras las metas. Para poder escuchar con claridad no se debe estar pendiente de la respuesta, o de potenciar un argumento, simplemente hay que escuchar para aprender del resto», sostiene.
5. Empoderamiento:
Esto implica ser proactivo e inspirar con el ejemplo, pero no olvidar el verbo delegar.
«En una obra de teatro, no tiene ningún sentido interpretar todos los roles. Es por ello que se debe invitar a los demás a hacerse parte del juego, a salir de sus zonas de confort», enfatiza.
Y agrega que «quienes están empoderados no temen a que otros también asuman el protagonismo, porque esto viene de la mano con el crecimiento personal, madurez. Compartir el liderazgo es un incentivo a la participación. En el fondo, no se trata de hacerlo todo, pues para eso hay un equipo que acompaña».
6. Seguimiento:
Al delegar tareas se requiere también un seguimiento del proceso. En este contexto, la retroalimentación es fundamental tanto para conseguir avances y aprendizaje, como para la motivación del que realiza la tarea.
«No deje ningún proceso sin concluir, sin un cierre formal. Los cierres son una parte fundamental para aprender y hacer las cosas de mejor forma», recalca.
7. Empatía:
Cristián Cofré señala que hay que ser sensible a las motivaciones de las personas, pues todos los que llegan a un equipo traen sus talentos, intereses y aspiraciones.
«Hay que intentar comprender las necesidades y deseos de las personas y darles la oportunidad de satisfacerlos. El conocimiento, cuidado, respeto y responsabilidad hacia las personas que forman nuestro entorno de trabajo resulta esencial», asegura el especialista.