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Estos son los peligros de aceptar una contraoferta laboral

Suena lógico pensar que si un trabajador exitoso quiere cambiarse de trabajo, se le ofrezca una contraoferta laboral para retenerlo en la compañía. Sin embargo, los especialistas señalan que esta medida, en la mayoría de los casos, no favorece a ninguna de las dos partes ya que es solo a corto plazo.

“La contraoferta es una solución a corto plazo para ambas partes. Casi el 90% de los profesionales que acepta una contraoferta termina dejando la empresa después de seis meses, ya sea por un despido o por voluntad propia. Y la mitad de las personas que aceptan la contraoferta, comienza a buscar un nuevo empleo a los tres meses después”, asegura Elizaveta Hodireva, Manager DNA Human Capital.

Por esta razón, la ejecutiva aconseja no actuar impulsivamente al recibir u ofrecer una contraoferta, y evaluar bien el motivo de cambio para evitar así las trampas de la retención a toda costa.

Múltiples motivos

Muchas de las contraofertas se basan en un aumento de salario que busca competir con lo que la otra empresa le está ofreciendo al trabajador. Sin embargo, no en todos los casos lo que motiva a un empleado a irse de la compañía tiene relación con lo económico.

“Es importante analizar otros temas, además del aspecto financiero, que hayan llevado al profesional a tomar esa decisión de cambio, tales como desarrollo de carrera, ambiente laboral, beneficios, cultura de la empresa, ubicación, horarios”, explica.

Por muy tentador que parezca, no es conveniente aceptar un mejor salario si el motivo de querer dejar la compañía tiene relación con las pocas posibilidades de crecimiento o problemas con el equipo, ya que estos seguirán existiendo a pesar de la remuneración que se le ofrezca.

Mala imagen

Además de las altas tasas de deserción laboral posterior a una contraoferta laboral, también se le suma la imagen negativa que perjudica al empleador y al empleado.

Hodireva asegura que la contraoferta es solo una alternativa de retención de emergencia, lo que demuestra que no se tomaron las medidas necesarias para mantener en el cargo de una forma atractiva al empleado.

Por otro lado, se debe tener en consideración la señal que se emite al resto del equipo. Si una empresa ofrece una buena contraoferta, entonces sus pares podrían sentir la necesidad de presentar una renuncia para obtener mejores condiciones laborales o salariales.

Mientras que del lado del empleado, este se ve dañado laboralmente ya que puede generar una desconfianza para la empresa y mostrar una actitud de falta de lealtad.

“Por parte de la empresa la relación de confianza con el empleado se verá afectada, ya que lo verá poco comprometido, relegándolo muchas veces en los ascensos y futuros aumentos salariales”, señala la ejecutiva.

La experta asegura que la contraoferta no es conveniente ni para la empresa ni para el candidato y no conlleva beneficios para ninguna de las partes.

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