¿Pedir cara a cara o vía mail? La ciencia comprobó la forma más efectiva
Durante la búsqueda de empleo, los especialistas en reclutamiento aseguran que no solo basta con postular a trabajos mediante portales en línea o activar networking por redes sociales, sino que la forma más efectiva es salir a buscar oportunidades laborales y agendar encuentros con tus redes de contacto.
Lo anterior no es solo una recomendación basada en la experiencia, sino que también ha sido avalada por la ciencia. Solicitar algo cara a cara es la forma más efectiva de conseguir lo que deseas. Así lo confirmó un estudio realizado por la Universidad Western, Estados Unidos, y publicado en la revista Journal of Expe rimental Social Psychology.
“A pesar del alcance del correo electrónico, pedir en persona es la opción más eficaz. Basta con pedírselo a seis personas cara a cara para igualar la efectividad del envío de un correo electrónico a 200 personas. Aun así, la mayoría de las personas tiende a creer que el correo electrónico será más eficaz”, asegura Vanessa Bohns, una de las realizadoras del estudio.
La académica en comportamiento organizacional agrega que este hallazgo concuerda con investigaciones anteriores que demostraron la eficacia de una petición hecha en persona.
Sobrevalorar la petición por mail
Bohns revela que otro de los hallazgos del estudio fue que las personas tienden a sobrevalorar su capacidad de persuasión mediante comunicaciones escritas y subestimarla en los encuentros cara a cara.
La investigación hecha en un grupo de 450 personas, reveló que quienes solicitaban rellenar una encuesta vía mail versus quienes lo hacían en persona se sentían igual de confiados, siendo que en realidad el índice de respuesta por mail era 34 veces menos efectivo. ¿Qué hace la diferencia? El lenguaje corporal.
“Las pistas no verbales que los solicitantes transmitían durante las interacciones cara a cara marcaban la diferencia en la forma en que las personas interpretaban la legimitidad de las peticiones. Algo que, por el contrario, los solicitantes ignoraban», afirma la académica.
Además explica que un mail, en cambio, puede ser visto como un mensaje de poca confianza con un link que muchas veces genera sospechas. La nula capacidad de poder leer el lenguaje corporal en el solicitante también es un factor de ineficacia en el cumplimiento de lo que se pide.