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A nivel regional, descontento de los chilenos con el empleador pesa más al cambiarse de trabajo

Aunque se trata de una decisión absolutamente personal, hay ciertas tendencias globales que influyen a la hora de cambiarse de trabajo, y la ponderación de estas al momento de concretar la acción muchas veces tiene un importante componente local, según las condiciones del país donde se encuentren los trabajadores.

Así, por ejemplo, en Chile, el principal diferenciador con otros mercados laborales es el protagonismo que tiene la insatisfacción con el empleador como causa para recolocarse, ya sea por una mala relación con la jefatura o por falta de oportunidades de desarrollo, de acuerdo con un estudio de Randstad.

De hecho, según el informe, el 14% de los chilenos lo señala como argumento cuando optan por otro puesto de trabajo, mientras en Argentina se sitúa en el 8%, en Brasil y EE.UU. llega al 6% y en México, al 5%. Solo Canadá supera a nuestro país, con 19%.

Las cifras corresponden a un sondeo de 400 personas de cada nación que se cambiaron de posición en los últimos seis meses. Para Rita González, CEO de Randstad Chile, frente a estos resultados las organizaciones chilenas debieran tener cierta autocrítica: “Muchas debieran tener más desarrollados los procedimientos de recursos humanos, de atracción y de retención”.

Razones que explicarían este fenómeno

Alejandra Aranda, socia fundadora de Humanitas Global Executive Search y presidenta para Latinoamérica de Cornerstone International Group, comenta que aún hay empresas muy jerarquizadas en nuestro país, lo que podría explicar en parte el fenómeno.

“Sigue habiendo compañías muy patriarcales, pero es una realidad que está modificándose y se están viendo cada vez más firmas con estructuras planas, con líderes más transversales y en terreno, lo que es mucho más motivador para los colaboradores”, explica a El Mercurio.

Otra razón que sustentaría el peso del descontento con el empleador en Chile son las peores condiciones de negociación que tiene el trabajador promedio, en comparación con los demás países de la muestra. Así lo cree Javier Martínez, psicólogo laboral y coordinador del área organizacional de la Escuela de Psicología de la UDD.

“El colaborador acá tiene menos protección, mientras que en las otras naciones que aparecen en el estudio tienden a negociar en condiciones de mayor equilibrio de poder, por lo que están menos descontentos con su empleador”, afirma.

El 11% lo hace con miras gerenciales

Donde la mayoría de los encuestados se comporta de forma similar es al dar el mayor peso a las mejores condiciones laborales como motivo de cambio, entendido como mayores ingresos, horarios más cómodos o beneficios más atractivos, por ejemplo. Así ocurre en Chile (30%), Argentina (39%), Brasil (45%), México (30%) y Canadá (41%).

Al menos en Chile, Martínez cree que este argumento tiene un fuerte componente salarial, dado el bajo nivel de remuneraciones que tiene la mayoría de los trabajadores.

Este mayor interés por estar cómodos en un lugar podría explicar el poco protagonismo que tiene la ambición por especializarse en un área y por gerenciar un departamento en nuestro país, que acaparan un 10% y 11% de las respuestas, respectivamente. Mientras, en México los indicadores llegan a 14% y 26%, respectivamente, y en Argentina a 15% y 21%.

“La cultura en Argentina es más avasalladora y los profesionales quieren crecer y crecer, mientras el chileno también lo quiere, pero no es su prioridad. Acá muchos prefieren trabajar felices en un lugar”, destaca Pérez.

Ahora bien, los argumentos relacionados con la ambición por gerenciar o especializarse fueron preferidos por las mujeres en Chile.

“Chile es uno de los países con menor tasa de participación femenina, la que, sin embargo, ha tenido un alza importante en los últimos años. Estas cifras pueden estar dando cuenta de este giro cultural de mujeres más ambiciosas laboralmente”, concluye Aranda.

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