El 58% de las mujeres anhela ser gerenta general, mientras hombres prefieren un directorio
Las aspiraciones de los profesionales en Chile son altas. El 58% de las mujeres ambiciona ser gerenta general en el mediano plazo, y de ellas el 35% espera alcanzar la meta en los próximos tres años. Mientras que el 54% de los hombres tiene el mismo anhelo, aunque en este caso el 25% prevé que lo alcanzará en el siguiente trienio.
Así lo detalla el «Reporte de diversidad de género 2017» de Hays Chile, en que se entrevistó a más de 300 ejecutivos, donde más del 70% es jefe de área o gerente.
El hecho de que las mujeres se muestren aún más interesadas que los hombres en alcanzar dicho cargo, se explica por el aumento en su nivel de formación, señala el sociólogo y académico de la Universidad Andrés Bello, Juan Carlos Oyanedel.
«Bajan las tasas de natalidad y aumentan su educación superior, lo que se traduce en un cambio en las expectativas de género sobre todo en el largo plazo, pues ven una serie de desafíos que aún no están cubiertos», asegura a “El Mercurio”.
Para Alejandra Sepúlveda, directora ejecutiva de ComunidadMujer y quien lidera, además, la Secretaría Ejecutiva de la Iniciativa de Paridad de Género en Chile, esta mayor pretensión femenina se sustenta en que también es un objetivo que se percibe como alcanzable.
«La ambición se vincula a las condiciones reales de oportunidad. Hoy hay una brecha desafiante, pero posible de reducir. Para una mujer es más factible que se ponga como objetivo obtener un cargo gerencial que un directorio», señala.
Hombres prefieren llegar a los directorios
Lo cierto es que según el informe de Hays, la aspiración de las mujeres por llegar a los directorios de una compañía es 15 puntos porcentuales más baja que la de los hombres, y en el caso de una vicepresidencia y la dirección ejecutiva de una empresa, la distancia es de 18 puntos porcentuales respecto de sus pares.
La directora del Departamento de Estudios del Instituto de Sociología UC (Desuc), Magdalena Browne, afirma que esta menor ambición es bastante realista.
«No quiere decir que no haya voluntad de cambiar, pero es aterrizada respecto a los números que se observan, donde en la medida que se va subiendo en jerarquía, la prevalencia de las mujeres disminuye», apunta
Ahora bien, la menor ansia de ellas hacia cargos directivos y ejecutivos tiene que ver con dos factores, sostiene Oyanedel.
Por un lado, asegura el académico, no está en el imaginario de las profesionales apuntar a esos cargos, porque en esto Chile todavía está en transición. Y por otro, hay un cambio de rol pues mientras la gerencia general tiene una función más de gestión y depende de una organización mayor, de ahí para arriba hay más asociaciones de riesgo, se toman decisiones donde permanentemente hay más en juego.
A juicio de Browne, las proyecciones hacia posiciones más elevadas se moderan dado que existe un desarrollo de carrera más pausado y sinuoso por la maternidad.
Sepúlveda coincide con ese diagnóstico y agrega: «con esa doble carga, no solo ellas se cuestionan si van a poder asumir un cargo de más responsabilidades, sino también las propias empresas muchas veces las descartan asumiendo precisamente una menor disponibilidad, por lo que ni siquiera les hacen una oferta, con una propuesta de incentivos o esquemas de apoyo para conciliar trabajo y familia».
En cuanto a las posiciones que ocupan actualmente, solo el 10% de las mujeres está «muy satisfecha» con el cargo alcanzado. En los hombres ese nivel llega al 26%.
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