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Cinco chilenos que están revolucionando el ecosistema de innovación de Massachusetts

Puede que Silicon Valley se haya popularizado a tal punto, que terminó por convertirse prácticamente en sinónimo de innovación. Sin embargo, justo al otro extremo de Estados Unidos, Massachusetts, se alza como un rival tanto o más poderoso.

Sin ir más lejos, fue en esa parte del país donde se creó Facebook -hoy transformada en un emblema de Silicon Valley- y desde donde ha surgido una serie de innovaciones ligadas a la industria de la biotecnología, la medicina, la educación o las finanzas.

Con más de 120 universidades en su ecosistema -entre las que se cuentan Harvard y el MIT-, Massachusetts lleva varios años posicionado en el primer lugar del ranking entre los estados con el mejor ecosistema de innovación de Estados Unidos, convirtiéndose de paso en un polo interesante para los chilenos.

Según consigna El Mercurio, estos cinco chilenos están revolucionando el MIT. Conoce aquí sus historias:

El consultor que imagina los artefactos del futuro

Las perfectamente diseñadas oficinas de Continuum, en el distrito de la innovación de Boston, son la base de operaciones del ingeniero comercial Ramón Salinas, senior strategist de la consultora de innovación que ha ayudado a crear productos como las recordadas zapatillas de básquetbol Reebook Pump o la línea de artículos de aseo para el hogar Swift de Procter & Gamble, que es muy popular en Estados Unidos.

«Dependiendo del proyecto que tenemos, nosotros asignamos un equipo full time para que trabaje en esa oportunidad, en ese problema de negocios con el cliente, por un período determinado de tiempo», comenta Salinas, quien ha trabajado en temas de seguros automotrices en Perú o en el área de productos médicos globales. «Ahora, por ejemplo, estoy metido en un proyecto de comidas y los equipos se arman en función de los talentos que uno tiene y lo que el proyecto va necesitando», agrega.

Con 35 años de historia, Continuum mezcla disciplinas para tratar de encontrar soluciones a problemas que les presentan las empresas, gracias al apoyo de ingenieros, diseñadores o economistas.

«Antiguamente cuando la gente diseñaba productos eran unos ingenieros en una pieza diseñando e inventado, pero quizás esas cosas no eran las que estaban buscando las personas, no hacían sentido financieramente. Entonces surge una necesidad para ir mezclando algo bonito creado por un diseñador, pero que también sea factible de hacer desde el punto de vista del ingeniero y que sea fácil de marquetear, de vender», explica.

Así, por ejemplo, el área de acción de la compañía que cuenta con operaciones en Shanghai, Seúl y Milán es tan amplio como para diseñar los nuevos carros de compra de la cadena de almacenes Target, o una exclusiva aplicación de transporte compartido pensada solo para usuarios de Audi.

La científica que quiere revolucionar la industria de la moda

Desde Concepción a Massachusetts y con un inglés básico. Así fue el periplo que inició esta neurocientífica hace 16 años y que hoy la tiene convertida en una multifacética impulsora de la innovación.

Porque Yuly Fuentes Medel reparte su tiempo entre su labor como presidenta del directorio de la ONG ChileMass, que busca conectar a los ecosistemas de innovación del estado de Massachusetts con el chileno, y DeScience -contracción en inglés de las palabras «diseño» y «ciencia»-, la compañía con la que está reinventando el futuro de la moda de la mano de la ciencia.

«Opera como una empresa de consultoría y creadora de proyectos en donde conectamos a científicos y la ciencia pura con funcionalidades a través de los diseñadores de moda», comenta Fuentes.

Junto a su socia Julianne Gauron, ex colaboradora de New Balance, diseñaron un modelo de cuatro pasos simples para conectar estos dos mundos que parecen tan distintos, pero que en la práctica están cada vez más cerca.

«Los estudiantes de moda, por ejemplo, tienen que saber de fotónica para entender los colores y tienen que saber de química si quieren hacer nuevos pigmentos», dice.

Así, define su labor en DeScience como la de una match maker , que ayuda a crear relaciones, que se han traducido, por ejemplo, en una compañía que está diseñando camisas con los mismos materiales del traje espacial, para así mantener la temperatura estable, sin frío ni calor. Otro caso que le gusta destacar es el de un diseñador que usó la tecnología para detectar el cáncer que desarrolló un científico para teñir textiles. «Usaron la misma tecnología y la estética del vestido para mostrar por primera vez la parte hermosa que puede tener el cáncer», dice.

Los planes de Fuentes ahora apuntan a colaborar con una empresa para pensar en los nuevos materiales que reemplacen al plástico, mientras que por el lado de ChileMass, la tarea es darle continuidad a la fundación.

El emprendedor que crece al alero de la mayor aceleradora del mundo

Daniel Budnik llegó a EE.UU. hace tres años para estudiar un MBA en Babson College, centro de estudios que tiene al emprendimiento como foco principal. Fue en ese lugar donde conoció a Ignacio Rippes, otro chileno que había viajado a Massachusetts para empaparse del ecosistema local y, de paso, buscar posibles socios para un emprendimiento dental en el que estaba trabajando.

Finalmente, ambos decidieron asociarse y fundar en EE.UU. Purple Dental, una startup orientada al mercado de la odontología, que desarrolló un dispositivo que reinventó el clásico aparato de succión que utilizan los dentistas.

«Nuestro aparato tiene dos bracitos y unos agujeros para succionar la saliva. Por un lado bloquea la lengua, que es lo que molesta, y por el otro lado, empuja la mejilla haciendo un poco más de espacio, permitiendo que el dentista tenga una excelente visión del área de tratamiento», dice el emprendedor, agregando que gracias al dispositivo, los tratamientos pueden ser hasta 10 veces más eficientes.

Instalados en el distrito de la innovación de Boston -en la cada vez más cotizada ribera sur de la ciudad-, los emprendedores son hoy los únicos chilenos que forman parte de MassChallenge, la aceleradora de startups más grande del mundo y una de las pioneras del rubro.

«Boston es súper interesante en el sentido de que acá en la costa este de EE.UU. tienes todo el desarrollo de los hubs de educación y medicina, que son muy potentes, versus Silicon Valley», dice Budnik.

Actualmente, la compañía está realizando pruebas clínicas con dentistas en Estados Unidos y esperan poder salir al mercado a finales de año. Junto con eso, están comenzando a armar un consejo asesor con algunos de los especialistas dentales más destacados de Massachusetts; entre ellos, algunos miembros del Forsyth Institute, ligado a Harvard.

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