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¿Cómo afecta la ergonomía el tiempo que pasamos en la oficina?

La oficina es el espacio donde permanecemos al menos ocho horas al día, cinco días a la semana. De ahí la importancia de que nuestro espacio de trabajo cuente con una serie de características que favorezcan la concentración, la productividad y la comodidad.

La ergonomía tiene por misión adaptar los entornos de trabajo de manera que puedan ser utilizados por los usuarios dentro de rangos de confort y seguridad, para que les permitan lograr una óptima eficiencia y productividad.

«Son los objetos y sistemas los que deben adaptarse a las características de los usuarios y no a la inversa, como desgraciadamente muchas veces se piensa y ocurre», explica Octavio Astorga, académico de la Universidad del Pacífico.

Astorga afirma que el diseño ergonómico es aquel que procura que tanto herramientas como utensilios, sistemas y equipamiento en general se ajusten a las características y limitaciones de las personas, buscando por sobre todo optimizar su eficiencia, seguridad y confort.

¿Cómo tener una oficina con diseño ergonómico?

Según el especialista, hay varios factores a tomar en cuenta si se quiere tener una oficina con diseño ergonómico, entre ellos, las dimensiones del equipamiento y la regulación de los niveles de iluminación, ventilación y acústica del recinto.

«Las alturas de las superficies de trabajo, los anchos y la profundidad del equipamiento deben estar dentro de rangos tales que permita el uso en condiciones de confort para la gran mayoría de sus usuarios», explica Astorga.

Asimismo, recuerda que habitualmente los empleados que trabajan en oficinas pasan mucho tiempo sentados, por lo que la silla es uno de los elementos a considerar para introducir un diseño ergonómico y, por ende, ganar comodidad.

«Una buena silla de trabajo es aquella que permite cambiar fácilmente de posición, con ruedas en al menos cinco puntos, y que tiene regulaciones tanto en la altura como en la inclinación del respaldo, de manera que el operario pueda realizar los ajustes necesarios para un adecuado calce del objeto con su cuerpo», explica el académico.

Astorga hace hincapié en que el respaldo de la silla de trabajo debe ser más bien bajo, pues lo que necesita es dar apoyo a la zona baja de la espalda. Además, debe tener un acolchado suave que permita disipar las presiones de contacto, el calor y la humedad.

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