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Participación laboral femenina sube de 44,3% a casi 48% en siete años

La semana pasada el INE dio cuenta de un nuevo retroceso en materia laboral: el desempleo subió a 6,6% en el trimestre enero-marzo, tres décimas más que en el mismo período de 2016. El mismo reporte del INE muestra que en doce meses se han destruido 25 mil puestos de trabajo asalariados -plazas con contrato y previsión- y que, en paralelo, se han creado 109 mil puestos independientes, sin seguridad social ni contrato.

Sin embargo, no todo puede ser malo en materia laboral: aunque parezca contradictorio con el ciclo económico, la participación de las mujeres en el mercado laboral -ya sea trabajando o buscando un empleo- es una de las cifras que han mejorado en los últimos años. Esto, tomando todo el período en que existen cifras comparables (marzo de 2010 y marzo de 2017), que es el lapso en que se ha aplicado la Nueva Encuesta de Empleo del INE. Las cifras anteriores no son comparables.

En marzo de 2010, solo el 44,3% de las mujeres estaban trabajando o buscando un empleo, cifra que en marzo de 2017 se empinó a 47,7%. Mientras, la participación laboral de los hombres se mantuvo prácticamente estancada en este período, pasando de 71,5% a 71,6%.

En total, a marzo hay 3,3 millones de mujeres que trabajan, lo que implica un aumento de casi 25%, mientras los hombres solo se expanden 15%.

Alza como síntoma de un problema

El problema es que, según la literatura disponible, los aumentos de la participación laboral femenina pueden leerse como síntoma de un problema.

La investigación “Crisis Económicas y Género”, realizada por el Departamento de Estudios de Mideplan -hoy, Ministerio de Desarrollo Social- y que recoge cifras de empleo para el período 1986-2008, muestra que la mujer tiende a aumentar su participación laboral cuando el hombre queda sin trabajo. Y lo más preocupante es que la manera de obtener un puesto en plena crisis puede ser aceptando empleos mal remunerados y de baja calidad.

Lo mismo advierte la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) en su estudio “Equidad de género en el mundo del trabajo en América Latina”, en el que señala que “las repetidas crisis económicas que los distintos países han experimentado son otro factor que ha impulsado la incorporación de segmentos de la población femenina al mercado de trabajo, como una forma de alivio de la pobreza de sus hogares”.

Entre 1997 y 1999, por ejemplo, la participación femenina subió de 35,1% a 36,5% a nivel nacional -marcando un peak para esa época- precisamente durante los años de la crisis asiática. A partir de entonces, las cifras cayeron por debajo de 34%.

Entre 2009 y 2010, en plena crisis subprime , la participación de las mujeres llegó a un nuevo récord para ese momento, escalando hasta el 41,3%.

Crece empleo por cuenta propia

En el caso chileno, ¿la mayor participación que se ha dado entre 2010 y 2017 ha venido acompañada de informalidad? Según los expertos, depende del período que se tome para hacer el análisis.

Entre marzo de 2010 y marzo de 2017, efectivamente el número de mujeres que trabajan por cuenta propia -independientes sin contrato- aumentó casi 45%, pasando de 489 mil trabajadoras en esa condición a 708 mil. Mientras, entre los hombres se dio un aumento del empleo independiente de solo de 25% en el mismo período.

Sin embargo, la ministra del Trabajo, Alejandra Krauss, puntualiza que el grueso del aumento del autoempleo femenino se dio entre 2010 y 2014.

“Si comparamos los datos de las últimas cifras presentadas por el INE con respecto de la situación de 2010, efectivamente se observa un aumento de las mujeres que trabajan por cuenta propia de 44,8% (219 mil mujeres más), pero es mi deber resaltar que los aumentos se dieron entre 2010 y 2014, cuando las mujeres por cuenta propia crecieron 39,3% (192 mil mujeres más)”, afirma, según consigna El Mercurio.

La secretaria de Estado agrega que durante esta administración, el número de mujeres que trabajan por cuenta propia solo ha crecido 4% (27 mil mujeres más).

“No es propósito de este gobierno precarizar ningún tipo de trabajo, por eso se aumentó en 30% el bono al trabajo de la mujer, que tiene por objetivo premiar el esfuerzo de las mujeres trabajadoras que tengan sus cotizaciones al día”, agrega.

Dos períodos disímiles entre 2010 y 2017

Si se analiza un lapso tan extenso como 2010-2017, podría perderse de vista que, entre medio, hubo períodos de expansión y de frenos económicos que generaron disímiles efectos sobre el mercado laboral.

“Hay dos períodos muy distintos en ese lapso. Entre 2010 y 2013, la participación aumentó muy fuerte y después, de 2013 en adelante, viene un estancamiento”, afirma al mismo medio la académica del ESE Business School, Cecilia Cifuentes.

Una opinión similar tiene el investigador de Clapes UC, Juan Bravo, quien afirma que la relación entre participación laboral y ciclo económico es, en teoría, ambigua: por un lado, está la hipótesis de que en períodos de crisis algunas mujeres comienzan a buscar trabajo debido a que algún integrante del hogar perdió el empleo. Sin embargo, también hay una hipótesis que apunta en el sentido contrario: que las mujeres que pierden su trabajo y buscan -sin éxito-, por un tiempo muy prolongado, se desalientan y se retiran de la fuerza de trabajo, a la espera de que la economía se reactive y ofrezca mejores perspectivas.

Hay datos que muestran que ambos escenarios se han presentado recientemente: la participación laboral femenina aumentó en 8 de los 14 países más industrializados del mundo durante el segundo semestre de 2009, cuando había transcurrido un año desde el inicio de la crisis subprime , pero luego retrocedió cuando se profundizó el frenazo económico.

¿Qué ha ocurrido en el caso de Chile? Que entre el primer trimestre de 2010 y el primer trimestre de 2014, se incorporaron a la fuerza de trabajo 480.946 mujeres y que en los 3 años siguientes (entre el primer trimestre 2014 y el primer trimestre de 2017) se incorporaron solo 114.891 mujeres. De esta manera, entre 2014 y 2017 la incorporación anual de mujeres a la fuerza laboral es de apenas un 32% de la que hubo entre 2010 y 2014, indica Juan Bravo.

 

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